El estudio polaco Gamechuck nos trae un arcade indie de corte clásico, acción desenfrenada a toda velocidad en un título breve pero muy adictivo. En Speed Limit nuestro protagonista empieza en el vagón de un tren, sujetado a la barra, leyendo algo en su móvil tranquilamente, podría ser cualquiera de nosotros. De repente, entra un hombre en el vagón tambaleándose, y suelta una pistola a nuestros pies para después caer al suelo muerto. En el momento que cogemos esa pistola, todo cambia. Speed Limit es una huida hacia adelante a toda velocidad que homenajea algunos clásicos de los 8 y 16 bits. Sencillo, directo, y tan contundente como cualquier buena película de acción de los ochenta.
Un homenaje a los clásicos de acción
El tren es solo el comienzo de un vertiginoso aunque breve cóctel de disparos, conducción, y persecuciones sobre vehículos. El juego está dividido en diez “fases”, y cada dos fases cambiará completamente la mecánica del juego, ya que cambiaremos de medio de transporte, cambiando así también la perspectiva de la cámara. La premisa no puede ser más sencilla cuando cogemos la pistola al inicio, al momento un montón de enemigos armados hasta los dientes van a por nosotros sin ningún miramiento.
El juego empieza siendo un título de disparos de scroll lateral, sólo hay dos botones, saltar y disparar. La parte izquierda de la pantalla avanza hacia nosotros así que hay que moverse rápido, a la vez que acabamos con nuestros enemigos y evitamos morir, hecho que sucederá muchas veces durante la corta duración del título. De ahí pasamos a los vehículos, ya sea en moto, coche, helicóptero o avión, estaremos siempre esquivando y disparando. Aquí es dónde el juego más nos recuerda a clásicos como Spy Hunter, Road Rash o Desert Strike, la perspectiva que muestra la cámara para enfocar nuestros vehículos es un claro homenaje a estos títulos clásicos..
Acción a toda velocidad
Como ya hemos dicho, el juego exige rapidez y precisión, al primer impacto de un disparo o golpe con el vehículo moriremos. Avanzaremos a base de prueba y error, aprendiéndonos los patrones enemigos y de aparición de objetos de cada fase. En este aspecto nos recuerdo mucho a Hotline Miami, va muy en esa línea. El juego nos deja elegir entre dificultad fácil y normal, desbloqueando después un tercer modo que será el más complicado de todos.
Dependiendo del modo que escojamos, más se alargará la duración de las fases, aunque siempre habrá checkpoints repartidos por el escenario para facilitarnos las cosas. También podremos repetir fases tras completarlas para superar nuestros tiempos, lo que añade un factor de rejugabilidad importante
Lo bueno, si breve…
El título no solo homenajea en sus mecánicas a los juegos clásicos, tambíén lo hace en su aspecto visual. Tenemos un pixel art moderno, sin muchos alardes pero tampoco defectos. Lo que más nos ha gustado son las fases en moto y avión dónde el juego muestra unos fondos moviéndose a una velocidad de vértigo, y consigue esa tensión en el jugador al saber que cualquier movimiento en falso puede dar al traste con nuestro avance. Algo que ayuda, y mucho, a la sensación de que todo es rápido y contundente es la música. Unas pistas de música electrónica pesada, industrial, de aire retro ochentero pero con sonidos actuales, con mucho protagonismo para el drum and bass. Digamos que acompaña bien todo el transcurso del juego, pero no tiene temas memorables ni que dejen poso en el jugador.
Speed Limit es un juego sin pretensiones, que sabe lo que quiere y es consciente de sus limitaciones, así que no intenta nada más de lo que pretende. Es un título divertido y adictivo, no soltaremos el mando hasta que por lo menos no le hayamos dado la primera vuelta. La lástima es que siempre nos quedamos con ganas de más fases o vehículos, siendo su corta duración su mayor defecto.
El juego saldrá en consolas Xbox el próximo 19 de febrero, a un precio aproximado de 9,99 euros. Para estar al tanto de más análisis y todas las noticias no dejes de visitar Área Xbox.
Acerca del autor
Madrileño residente en Vallecas. Amante de los gatos, la fantasía y la ciencia ficción. Me cuesta no jugar a todo lo que se me pone delante.